Fue durante un cortejo fúnebre que una ama de casa de 65 años descubrió que el cuerpo que iba a sepultar no era el de su marido, que según el hospital donde estaba internado había fallecido, y ahora no sabe si es viuda pues desconoce lo que pasó.
Sebastiana Cunha, que vive en la pequeña ciudad de Araguaná (estado de Tocantins), busca a su esposo, el labrador José Barbosa (44), tras descubrir que el cuerpo que estaba en el féretro a ser enterrado no era el de él.Barbosa fue internado en un hospital para enfermedades tropicales en Araguana supuestamente por tuberculosis, y luego fue dado por muerto, por lo que los médicos aconsejaron que el ataúd fuese sellado para su sepultura.
Sin embargo, durante el cortejo la familia y amigos luego tuvieron dudas debido al peso y tamaño del féretro y mandaron abrirlo: “El cajón estaba muy pesado, también era demasiado chico, porque mi marido era alto y delgado”, dijo la mujer.
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